miércoles, 16 de octubre de 2013

Enamorada de un gay - otra vez!

Eran las diez de la noche de un año que no recuerdo. Hacia mucho tiempo que no salia por las noches. Me esperaba una fiesta en una discoteca miraflorina. Mientras que el secreto de mis miedos se disipaba. No tenia ganas de ir. Me sentía deprimida, triste, decepcionada de los hombres, de la vida, del mundo.

En ese entonces sentía que estaba preparada para todo. ¿que de nuevo podría pasarme ya?
amores, desengaños, flirteos, ilusiones, desilusiones...

Fue así como lo conocí y sin embargo nunca antes lo entendí. La etapa mas mezquina de mi vida, a pesar de ello...mi corazón se atrevió a fijarse en él.

Me arregle tanto esa noche. Como si fuera la última de mi vida. Ya no tenía ánimos para nada, pero decidí arriesgar una pequeña parte de mi solitario espíritu.

Habíamos planeado tanto esa fiesta, ese día seria nuestro momento especial. Me emocionaba la idea de pasar tiempo con él. Había planeado todo. Al parecer saldría de aquel estado de "autismo" el cual me atrapo tantos meses después de terminar con mi ex.

Comenzaba a alegrarme, a olvidar e ilusionarme otra vez. Imaginaba el momento en el que estaríamos bailando, imaginaba sus palabras, su sonrisa, y hasta el perfume que usaría. Imaginaba la música que seria nuestra mejor cómplice para que nuestros sentimientos se liberen.
Hasta ese momento, todo parecía maravilloso.
Aunque algo salio mal...No entiendo! pero él, tal vez adivinando mis sentimientos se atrevió a contarme su más grande secreto. Era gay!

RAYOS!!

Aquel día la noche brillaba, el viento se peleaba con mis sentimientos y me hacia sentir miserable. Me preguntaba por qué me gustaba. Trataba de entender que fue lo que me gusto de él. ¿Acaso un hombre gay es menos o más atractivo?

Quizá fue su sonrisa, su forma de hablar, su ironía y extraña manera de entender todo lo que al parecer toda mujer necesita expresar. Yo lo miraba fijamente a los ojos mientras mi corazón se arrugaba y se encogía de a poquitos. Las fuerzas se me agotaron....solo sonreí, y preferí callar lo que nunca debí sentir.

Nada de que alarmarse. Otra decepción más!


No hay comentarios:

Publicar un comentario